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jueves, 20 de octubre de 2011

Comando centrado en el hombre

  • Consideremos la Fe en la Causa como el impulso interior que nos lleva a ser integrales en todo sentido, a ser soldados efectivos y modelo de ciudadanos.

General Alejandro Navas Ramos
Comandante General de las Fuerzas Militares

Desde hace unos meses, el Ejército ha venido trabajando bajo la máxima de Fe en la Causa, lo que indica que estamos obrando completamente imbuidos de lo que estamos haciendo, de cómo lo estamos haciendo y, sobre todo, por qué lo estamos haciendo.

Dicho en otra forma, con nuestra fe estamos demostrando que creemos profundamente en Colombia; que tenemos que ayudarla a salir adelante; que debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para hacer de ella una nación pujante que marche hacia el futuro sin amenazas, sin angustia, sin violencia, sin sobresaltos. Asimismo, por nuestra fe creemos en nuestro Ejército como una de las instituciones llamadas a lograr las metas de convivencia pacífica y desarrollo constante que anhela el país.

La Fe nos hace creer en nosotros mismos, en nuestras capacidades, actitudes y en nuestro decoro para cumplir la misión institucional que ayudará a Colombia a posicionarse como una democracia respetable y libre en la que no tengan cabida apremios de ninguna naturaleza, ni externos ni internos.

La Causa a que hace referencia el axioma indicado es, por una parte, la motivación que nos lleva a entregarnos de lleno a luchar por Colombia, por sus fines, su soberanía, sus fueros, sus instituciones. Por otra parte, esa Causa es el fundamento, la razón de ser de nuestra Institución, de nuestras metas, de nuestros objetivos. Es la fuerza interior que nos incita a no desfallecer jamás, a saber enfrentar las adversidades, a persistir en el logro de los objetivos institucionales cumpliendo a cabalidad los postulados de honor y ética.

Entonces, si por un lado la Fe nos lleva a creer y, por otro, la Causa nos motiva y nos inspira a entregarnos con fervor a cumplir con nuestra misión, la Fe en la Causa, en sí misma, nos impulsa a alcanzar las metas establecidas sin importar los obstáculos; a no claudicar nunca. Voy a redondear esta idea con una breve historia de la vida real que ocurrió en Londres en los años cincuenta: En 1952, Edmund Hillary intentó escalar el Monte Everest: 8.700 metros de altura. A las pocas semanas de su intento fallido, dictó una conferencia sobre el tema. Hillary caminó hasta el borde del escenario, alzó el puño y señalando una foto de la montaña, dijo en voz alta: “Monte Everest, me venciste la primera vez pero yo te venceré la próxima, porque tú ya creciste todo lo que podías crecer… mientras yo todavía estoy creciendo”. Un año después, Edmund Hillary logró ser el primer hombre en escalar el Everest.

Hillary demostró tener Fe en la Causa que perseguía, insistió y lo logró. Este es un buen ejemplo para nosotros. Nos enseña a alcanzar los objetivos que nos impone la misión; a no darnos por vencidos ante circunstancias adversas; a hacer que la Fe en la Causa nos saque al otro lado cuando las dificultades se nos atraviesen. Como dijo Richard Nixon: “Un hombre no está acabado cuando lo derrotan; está acabado cuando se rinde”.

De ahí que consideremos la Fe en la Causa como el impulso interior que nos lleva a ser integrales en todo sentido, a ser soldados efectivos y modelo de ciudadanos. Tiene que servirnos para fortalecer, en oficiales subalternos y suboficiales, la vocación militar y de servicio y a esforzarnos por realizarnos como excelentes profesionales. Igualmente, la Fe en la Causa va a vigorizar en cada uno de nosotros la cultura institucional, basada en principios y valores, y va a servir de soporte para seguir siendo la Institución más admirada y reconocida por los colombianos.

La Fe en la Causa debe estar presente en todos nuestros procesos. En función de este lema, revisemos y perfeccionemos todas las etapas de nuestro transcurrir profesional. Es decir, examinemos, para hacerlo mejor, todo lo que tenga que ver con tareas de investigación, planeamiento, operaciones ofensivas, defensivas y de control; procesos administrativos y desarrollos de formación, capacitación, especialización, entrenamiento y reentrenamiento.

La influencia positiva que pueda obtenerse de esta expresión emblemática depende de la forma en que los comandantes a todos los niveles del mando la manejen, la incluyan dentro de los principios del liderazgo y la inculquen entre sus subalternos para que cada quien sepa tomarla como un patrón que guíe su conducta, sus acciones y realizaciones.

La Fe en la Causa ya fue puesta en práctica y experimentada en los últimos meses de 2010. Estuvo presente en los protagonistas de la Operación Sodoma y en los participantes de un sinnúmero de operaciones menos publicitadas pero igualmente valiosas en el balance de golpes infringidos a las organizaciones narcoterroristas, a las que se les redujo su radio de acción delictiva y se les disminuyeron considerablemente sus efectivos y, por lo tanto, su poder de destrucción y violencia.

Con Fe en la Causa, en 2011 seguimos actuando en el marco de las actividades militares en materia de seguridad y en todas las tareas que tengamos que cumplir. Vamos a poner todo nuestro empeño en la concepción de las operaciones, en su diseño, en la recolección de datos para la inteligencia, en el desarrollo de los planes de acción, en la preparación y en los alistamientos correspondientes, y, sobre todo, en la ejecución. Esta última etapa del proceso es la que más demanda nuestra Fe en la Causa por ser la que más precisión requiere, la más arriesgada para la operación misma, la más peligrosa para nuestra gente, la que más sacrificios exige.

Es mi deseo que todos y cada uno de ustedes sea el portador del mensaje y un excelente difusor de la idea central expuesta: que con la estricta aplicación de este precepto alcanzaremos la victoria que Colombia reclama para entrar en un periodo de sosiego que le permita crecer también en su desarrollo; que tenemos que poner nuestro corazón y nuestros sentimientos en las operaciones y tareas que realicemos; que si nuestra mente está compenetrada con lo que significa Fe en la Causa, todo se nos hará más sencillo. Aquí cabe un pensamiento de Buda: “Lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado. La mente es todo. Nos convertimos en lo que pensamos”.

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